SaulMadriz

martes, 26 de febrero de 2013

Seamos honestos

Le robé el arco a cupido y, mirándola a los ojos,

 disparé a la pared que cubría sus espaldas.

 Porque ella no se merece un corazón roto,

 porque yo no me merezco disfrutar de su corazón 

todavía entero.



No hay comentarios:

Publicar un comentario